En México existen varias cosas que obstaculizan su progreso; una de ellas es la traba psicológica que nos impide el desarrollo mexicano, es decir, nos aferramos a viejas formas de pensar y de actuar frente a los problemas y día con día seguimos aprendiendo esta forma de vida por así decirlo.
Hace poco leí un artículo que es un claro ejemplo de lo que estoy enunciando en el que se decía que el desarrollo de México se había frenado gracias a que autoridades se aferraron a principios que en algún momento le habían servido para su desarrollo, pero ahora son otros tiempos, otras circunstancias y todo va cambiando al paso del tiempo, y lo que le fue bueno anteriormente no lo será ahora.
Además, el crearse tratados de libre comercio o se hagan reformas políticas no implica que se den cambios para el desarrollo económico del país ya que nunca llegan al fondo del problema sin hacer las adaptaciones de leyes o de los mismos tratados conforme la sociedad va cambiando. Se debe llevar un proceso de adaptación en todos los sectores del país, de nada servirá cambiar o actualizar parte de los sistemas.
Lo cierto es que cuando el gobierno debate este tipo de problemas termina por adoptar modelos europeos o americanos para aplicarlos a la sociedad mexicana pensado en que si sirvió con ellos y se vio gran desarrollo para ellos en México no será igual, ya que no es la mima cultura, no es la misma gente y por lo tanto no es la misma sociedad esto se da porque no se adapta a la forma de pensar ni de actuar de las personas.
Será que solo sabemos imitar a los demás sin darnos cuenta que la autenticidad formará a nuestra sociedad y la levantará, tenemos que ser nosotros y crear nuestras propias ideas para restaurar este país y dejar a lado las ideas absurdas que no nos dejan crecer, es decir, renovar nuestra forma de pensar para poder innovar nuestra vida.
“Toda historia es la sucesión de proyectos trasplantados e impuestos que siempre resultaron inservibles”
Octavio Paz.
